Vamos a divertirnos

Fríos y escasos, pese a lo favorable del horario -va a resultar al final que nos gusta madrugar y es más fácil juntarnos a las 9:00 que a las 11:30- cinco evaristos se reunieron el domingo pasado para enfrentarse a los once electroduendes que habían acudido. No estaba la Bruja Avería, pero la había sustituido uno de ellos que no hacía más que gritar instrucciones desgañitado desde la banda.
Dado lo magro del número de Evaristos, se dieron las consabidas consignas para intentar terminar el partido los mismos que lo empezamos: cuidado con las faltas y tranquilitos. Al principio las cosas iban más o menos bien y el primer cuarto acabó con un razonable seis a diez a su favor, pero ya en el segundo, comenzó a faltarnos el fondo y un poco el riego cerebral, lo que tuvo consecuencia que nosotros solo metiéramos cuatro puntos y ellos diez o doce o los que fueran (es que no tengo el acta). Tampoco fue de gran ayuda nuestra obsesión por pedirle al árbitro que pitara zona y el poco interés del mismo por hacernos caso. La cuestión es que llegamos al descanso bastante abajo en el marcador y se decidió que, ya que ganar no íbamos a ganar, pues íbamos a divertirnos. ¿A qué suena bien? Así que se reanudó el partido y nos pusimos a ello y durante un rato la diversión estuvo acompañada con la efectividad y les metimos un parcial para empezar el tercer cuarto de cinco a cero, no parece mucho para un Heat-Bobcats, pero para un Evaristos-Electroduendes no está mal. La racha tampoco duró mucho y la diversión dejó de combinarse con el acierto y empezó a hacerlo con los jadeos y el dolor muscular. Pero, de todos modos, habrá quien se pregunte qué considera un Evaristo diversión jugando al baloncesto. Los evaristos cuando se divierten corren a toda velocidad botando el balón alrededor de la zona, tiran de espaldas al aro sin mirar, intentan sacar faltas en ataque imposibles, terminan los contrataques haciendo un pase hacia atrás desde fuera del campo, otorgan un nuevo significado a la expresión “pase extra”, realizando no uno sino cien, lanzan pases de alley oops como si jugaran con Lebron James, etc., etc. Aunque como es difícil de definir, tal vez lo mejor sea poner como ejemplo una jugada del domingo pasado en la que un Evaristo, tras recorrer toda la pista en contrataque, en vez de pasar el balón a su compañero solo bajo el aro decide chocar de espaldas contra un contrario tirándole al suelo y luego dar un pase que casi se sale por la banda a lo que siguen cinco tiros a la remanguillé y, eso sí, cinco rebotes ofensivos para terminar con dos vueltas por debajo del tablero y una canasta a aro pasado. Y es que nosotros en realidad más que de Showtime somos de Slapstick time. En cualquier caso, tanto despliegue terminó pasando factura y una sobrecarga muscular hizo que en el último cuarto solo fuéramos cuatro, lo cual no hizo que mejorara ni nuestra circulación de balón ni nuestro balance defensivo, por decir algo. Aun así solo perdimos de doce: 26-48.
Próximo domingo más diversión, esta vez contra los primeros del grupo a las 10:15.
Besos a todos