Los Evaristos han conseguido por fin encontrar la senda del triunfo y el secreto del éxito: jugar contra equipos malos o muy malos. Ya se que no suena muy meritorio, pero otras veces hemos perdido con equipos tan malos como estos dos últimos así que algo hemos mejorado. Y no os olvidéis que en cualquier momento nos sale la vena caritativa y perdemos contra el último y nos quedamos tan panchos. En cualquier caso el día de autos, sábado, tres de la tarde, se reúnen un buen número de Evaristos -la mayoría con transitorios problemas alimentarios, es lo que tiene este horario, que si me he comido un bocadillo en el metro, que si vengo solo con el café del desayuno, que si casi me atraganto de lo rápido que he comido- pero con buena disposición de ánimo. Empieza el partido y el consiguiente festival ofensivo, ataque para aquí y ataque para allá, como la cancha es muy pequeña se llega pronto de una zona a otra, así que ataque y ataque y venga atacar, eso sí, canastas ninguna, o casi. El resultado al final de la primera parte es bastante explicito 9-8. Ganando nosotros pero por casualidad. El recital de nuestros pivots, altos y numerosos en esta ocasión, fallando canastas fáciles una y otra vez fue impresionante. Se barajó la teoría de que el aro estaba muy bajo y eso nos descolocaba, creo que es verdad, pero en un sentido diferente al que pensáis, y es que a mí lo que me pasa es que cuando el aro está tan bajo y los otros son tan malos me da pena encestar, así que aunque fallé un montón de canastas fáciles lo hice por que quise, por no abusar. Por cierto, cuando hago pasos es por lo mismo y cuando fallo los tiros libres también. Volvamos al partido, tras el descanso la cosa mejora, de hecho si miramos al marcador mejora mucho, aunque en realidad no lo parezca, es verdad que defendemos mejor, conseguimos mover un poco la bola y culminar algún que otro contraataque y que ellos siguen sin meter ninguna, pero muy contentos con nuestro juego no debíamos de estar dado que, aunque íbamos ganando por más de quince puntos, la afición desde la banda creía por nuestras caras que íbamos perdiendo. Sin embargo era todo lo contrario, les estábamos dando una paliza que terminó con un 14-41 a nuestro favor, es decir que en la segunda parte metimos 32 puntos y ellos metieron 6. Además de eso en la segunda parte –y para que el triunfo no nos hiciera perder las esencias- decidimos hacer un poco el Evaristo y darnos a conocer en este nuevo distrito por medio de dos faltas técnicas y una descalificante, total, por un me cago en tu madre, una actitud amenazadora que otra y un tú a mi amigo no le haces falta que salgo del banquillo y te meto. El equipo de Edu, el hermano de Gorka, que estaba esperando para jugar quedó muy impresionado por nuestra exhibición. Cristóbal, espero que Luis te explicara a dónde te metías, aunque en realidad luego no es tanto como parece y somos buena gente. En cuanto a la árbitro hay división de opiniones, aunque hay más opiniones de un lado que del otro. Pitó bien de pasos y un número considerable de técnicas y mostró algún tipo de fijación con uno de nuestros jugadores; Pablo, esa chica te va dar muchas alegrías. Lo mejor, como siempre, la afición, compuesta en este caso por tres minievaristos y dos madres de los mismos, a ver si cunde el ejemplo, y lo peor ese Evaristo que se portó cochinamente al intentar ligar con la única novia que había traído el equipo contrario sin ni siquiera haber salido del pabellón. Tras el partido terracita de otoño con los niños en los columpios aledaños. A ver cómo hacemos cuando llegue el invierno para meternos todos en el Tapa loca, un establecimiento en el que nos tratan bien, ¿Cuántas vueltas por Madrid hemos tenido que dar para que eso ocurra? Eso sí, en un momento determinado nos sacaron una fuente de huevos ¿Sería una indirecta? Si no nos han visto jugar nunca. Nos los comimos de todos modos que nunca vienen mal.
Que chapa que os he pegado, la próxima más breve.
Besos a todos
Que chapa que os he pegado, la próxima más breve.
Besos a todos
