Las cosas no siempre son
sencillas. Si algún despistado espectador preguntase a un Evaristo elegido al
azar que qué tal se nos dan los terceros tiempos, el intrépido Evaristo contestaría
sin dudar que de puta madre, que en eso somos una institución, una leyenda
forjada en las últimas décadas a base de tanques de cerveza y charlas psicótico-tácticas.
Ha sido mucho tiempo, dinero, salud y neuronas invertidos en lograr esa reputación que se extiende por
todos los distritos de la ciudad. Esta
respuesta, a priori certera, tiene más implicaciones de las que pudiera parecer
a primera vista. Para un Evaristo el tercer tiempo siempre tiene que ver con barras, birras y
bares con solera. Esa es nuestra esencia y, en cierta medida, también nuestra
perdición. Resulta que en los partidos también hay un tercer tiempo y éste se
nos suele dar de puta pena.
Para muestra un botón. El
pasado día 4, siete indómitos evaristos desafían el puente, la lluvia
torrencial y el sentido común (el partido era a las 9:00h.) y acuden al polideportivo
Marqués de Samaranch dispuestos a batirse con los Electroduendes. La cosa
empieza bien, comenzamos jugando con intensidad y con criterio y terminamos el cuarto
4 o 5 puntos arriba (con la demora se me ha traspapelado el acta, así que los
datos que se aportan son de dudosa fiabilidad). En el segundo cuarto aflojamos un poco pero sin perderle la cara
al partido. Ellos son majetes, el árbitro pita razonablemente bien y nos
zurramos con deportividad y buen rollo. Total que llegamos al final de la
primera parte con empate a 20. La segunda mitad promete. Durante el descanso los evaristos hacen
uso por rigurosos turnos del desfibrilador del pabellón para reponer fuerzas y
todos tan contentos. Y he aquí que nos adentramos en el infausto tercer cuarto.
13-3 en contra. Sin cometarios. En el último cuarto amago de remontada épica
para terminar palmando con bastante dignidad por 7 puntos aprox. En resumen,
por fin nos hemos quitado de encima la asquerosa condición de invictos.
Por último, esa
maravillosa y rejuvenecedora sensación de pedirte una jarra de cerveza a las 10:00
a.m en el bar de cabecera y que a este humilde cronista siempre le retrotrae a
los tiempos de peyas en el instituto. Snif.
4 comentarios:
Muchas gracias por la crónica Pablo.
Casi al límite pero es que lo bueno se hace esperar.
Yo el domingo no puedo ir pero un besazo a todos y caña a los de Pozuelo.
Que malos son los terceros tiempos!!!!!!!!
Aupa Pablo
por fin nos hemos quitado de encima la asquerosa condición de invictos.
Ufff¡¡¡ menos mal, ya hasta daba vergüenza comentar el resultado a los alumnos
De hecho, una vez conseguida la primera derrota voy a faltar a unos cuantos partiditos porque me he hecho dañito en el dedito.
AUPA EVARISTOS¡¡¡
Gran crónica, gran frase, primo¡¡
Grande Pablo, grandes Evaristos!!!.
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