Casi, casi, pero no

Restablecidos la armonía y el equilibrio del universo podemos estar tranquilos, el mundo no va a implosionar por nuestra culpa. Dado que nuestras tres victorias consecutivas del comienzo de la temporada pasada causaron una distorsión en el espacio-tiempo de impredecibles consecuencias, ya nos hemos encargado nosotros de devolver el orden al mundo empezando esta temporada con tres derrotas y tres derrotas bien evarísticas además. De la primera ya dimos cuenta en su crónica correspondiente y de la segunda, por lo que parece, mejor no hablar. Lo cual nos lleva a la parte positiva, que es la diferencia entre el juego del sábado pasado y el de los dos anteriores. Es verdad que perdimos cuando debimos haber ganado, pero jugamos bien, e incluso bastante bien, durante tres cuartos del partido, lo del último ya es otro cantar. Empezamos el encuentro con buena defensa y con cabeza en ataque, lo que nos hizo ponernos por delante desde el principio e ir aumentando la ventaja que pronto, os lo creáis o no, llegó a los diez puntos. En ello tuvo mucho que ver el acierto en el tiro exterior de Javi, al que su proceso depurativo a base de sirope de arce, nicotina y alquitrán le está sentando estupendamente. En el segundo cuarto mantuvimos la ventaja con incluso algún pico de trece o catorce puntos, pese a que ellos cambiaron a defensa individual para intentar pararnos. Sin embargo, y esto si que es sorprendente, seguimos atacando bastante bien y en el tercer cuarto volvieron a defender en zona. En ese cuarto bajamos un poco el pistón e hicimos alguno de esos cambios sin sentido tan evarísticos, causados normalmente porque tres o cuatro jugadores piden el cambio a la vez y los que están en el banquillo se miran entre ellos y se dicen unos a otros “no, sal tú”, “no, hombre, sal tú, que a mí me da la risa” y cosas por el estilo, y que que nos llevan a jugar con cinco bases o con cuatro pivots indistintamente y eso que en todo el equipo no hay tantos ni de unos ni de otros. El cuarto terminó con una muestra de saber hacer de un evaristo que paró el ataque para acercarse al banquillo mientras seguía botando para preguntar cuanto tiempo quedaba. Y quedaba poco y no dio tiempo a tirar, pero el gesto quedó bonito y total teníamos bastante ventaja. Una ventaja que desperdiciamos poco a poco en el último cuarto, es verdad que de repente les empezaron a entrar todas, incluidos dos triples casi consecutivos y que a nosotros no nos entraba nada y nos pusimos un poco nerviosos. Vamos, que la cosa se descontroló para desesperación del banquillo evaristo, desde el que, sobre todo Juan (al que no habían permitido jugar por su condición de sin papeles, es lo que tiene viajar tanto a África y Sudamérica) intentaba poner un poco de cordura al asunto que por momentos se nos iba de las manos y que finalmente se nos fue, aunque por poco: 53-51. Bueno, ya estamos más cerca de la victoria, así que, una vez conjurado el peligro de cataclismo interplanetario y habiendo sido castigados por nuestra osadía de la temporada anterior, ya podemos plantearnos intentar ganar en la próxima jornada.
Besos a todos.