miércoles, 20 de enero de 2010

Dónde estabas cuando te necesité

Al acabar el partido del sábado pasado el título de esta crónica iba a ser otro, algo del tipo: sois todos unos desgraciados, por no decir otra cosa, destinado a los Evaristos ausentes. Pero, bueno, todos tenemos nuestros líos y obligaciones y otros días faltamos otros, lo que pasa es que da rabia que el día que jugábamos con los que estaban justo detrás de nosotros en la clasificación solo hubiera seis evaristos para plantarles cara. Y, como se verá a continuación, hubieran hecho falta más. Porque ellos eran ‘más numerosos’, más altos y más grandes. Así que tras un breve calentamiento, dedicado principalmente a mentar a la parentela de los ausentes, Javi nos dio las consignas para el encuentro, que se pueden resumir en: no tenemos cambios así que cuidadito con las faltas, todos cerraditos y si las meten desde lejos pues mala suerte. Y vaya si las metieron. Y es que además de ser grandes tenían buen tiro. Hubo uno que nos metió siete o diez triples –es que no pude ver el acta- pero también es verdad que no salimos a defenderle ni una vez, porque si la doblaba a los pivots era todavía peor. Ese mismo de los triples cuando iban ya ganando de tropecientos intentó un mate en un contraataque que salió rebotado en el aro y la verdad es que me entraron unas ganas enormes de emular a Nacho el día que nos quedamos tres en el Daoíz y Velarde. Y, hablando de contraataques, nos hicieron unos cuantos, es que también corrían, y nos cogieron un montón de rebotes ¿He dicho ya que eran muy grandes? Y con unas cosas y otras fueron, poco a poco, o, mucho a mucho, aumentando la ventaja. Y los Evaristos, mientras tanto ¿qué? Pues los Evaristos bien, la verdad, defendimos lo que se podía evitando las faltas, atacamos con bastante sentido, 52 puntitos no están nada mal y, además, combinamos todo esto con el Babysitting de la hija de Luisao, que se portó como una campeona sin llorar ni quejarse en todo el partido en el que no hizo nada más que pasar de un regazo sudoroso a otro de unos señores raros colegas de su padre. Volviendo al juego, finalmente se vio que no era para tanto, sí, ya se que decir esto cuando nos metieron 89 puntos suena un poco a coña, pero no lo es. Estando más gente hubiéramos podido apretar en defensa y salir a los tiros y con un poco más de altura la cosa hubiera sido muy diferente. Además, y esto es fundamental, ellos nos ganaron pero nosotros somos más majos. Pese a la paliza que nos estaban metiendo no hacían nada más que gritarse unos a otros. Disfrutamos más nosotros de la derrota que ellos de la victoria, habría que verles el día que pierdan un partido. A ver si eso ocurre cuando juguemos con ellos la vuelta.
Besos a todos.

4 comentarios:

Jacobo Rivero dijo...

¿Pero no se ha terminado la primera vuelta todavía?

Oye lo del banquillo evaristico y el cuidado de la infancia va a ser mítico en los juegos municipales.

Siento la ausencia, el próximo sábado creo que si podría ir.

Saludos a todos.

juan dijo...

Ya me duele que empecemos como antaño a estar justitos para jugar los sábados. Espero que este partido sea una excepción, por lo que me toca pido disculpas, estaba a diez mil km. El partido del 23 allí estaré. Aupa evarist@s!!!

Luis Moreno dijo...

Ole esas crónicas. Gracias! me río como si hubiéramos ganado. Yo también entiendo a los que no pudisteis venir hijaosdkfañsldkjfaañsdfkakdlañlskdfjañlk!!

Chus dijo...

Que grandes somos¡¡
Yo tambien entiendo a los que no vinisteis¡¡
Aupa evaristos¡¡