Springtime

Vuelta primaveral de los Evaristos a las canchas y, como bien dice Andrés, después de todo el invierno jugando a las ocho y media de la noche en la calle, en primavera nos toca jugar a las tres de la tarde en pabellón. Para empezar, partidito contra los Esparrins, que parece que son los huesos del grupo, con buena afluencia de Evaristos, había ganas de jugar, aunque muchos en el último mes no habíamos visto un balón de baloncesto ni en la tele. Esa circunstancia, junto a nuestra afición a comenzar los partidos sin tensión ninguna, auguraban un primer cuarto especialidad de la casa, caracterizado por una defensa inexistente, frecuentes perdidas de balón y un ataque alocado con tiros escasos y malos (¿A que se me da bien describir el mal juego?). Pero no, contra todo pronóstico al comenzar el partido estábamos a lo que estábamos e incluso comenzamos ganando. Sí, jugamos bien pero nos ganaron, es que eran mejores. Hay diversidad de opiniones respecto a si eran un poco mejores o mucho mejores, pero eran mejores, y sobre lo que no hay discusión es respecto a un desgraciado, con camiseta descolorida de Nowitzki, que no metió más triples porque no quiso (literal). Al final 68-34, pero con buenas sensaciones. Sí, perdemos de treinta y nos vamos contentos a tomar las cañas, somos Evaristos, ¿qué pasa? El contrario se quedó jugando una pachanga.
A destacar la vuelta de Charly, aunque sea al banquillo, te necesitamos en la cancha ya y sobre todo, que Javi se ha dado cuenta de que no hay nada que le prohíba tirar a canasta y que, además, se le da muy bien. El público de lujo: Pau.
Besos a todos.