martes, 3 de febrero de 2009

Cincuenta por ciento

De derrotas, de victorias y, como sigamos así, de evaristos. Fin de semana de recuperación de partidos aplazados. Una nevada en la cancha de la tapia del camposanto del fin del mundo y el cumpleaños de la famosa Amaya nos llevan a jugar dos partidos el mismo fin de semana y encima por la mañana. Pese a todo, quién nos ha visto y quién nos ve, conseguimos juntar suficientes evaristos sin resaca para jugar los dos partidos. El sábado jugamos contra la Abeja Maya en el polideportivo de la Concepción y a priori la cosa pintaba mal: van bien en la clasificación, eran grandes y como diez o doce y, sobre todo, el día de la citada nevada, como se explicó en su momento, aunque ya teníamos el partido ganado por incomparecencia (llegaron tarde) devolvimos el acta. Y las buenas acciones se pagan, así que la derrota estaba casi asegurada. Sin embargo, ya en la cancha vimos que la cosa era ganable, principalmente porque hicimos las cosas bastante bien, empezamos con tensión, defendiendo bien, nos pusimos por delante y mantuvimos una ventaja cómoda toda la primera parte. Al empezar el tercer cuarto hicimos un poco el tonto y se pusieron a solo un punto. Entonces pedimos tiempo muerto, nos centramos y volvimos a coger distancia. A dos minutos del final ganábamos de siete, cuando faltaban 53 segundos ganábamos de cuatro, cuando quedaban 10 centésimas de segundo estábamos empatados y ellos tenían dos tiros libres. ¿Cómo habíamos llegado a esa situación? Pues haciendo el evaristo. Estaba claro lo que debíamos haber hecho, conservar la bola, ataques largos, defender sin faltas y no volvernos locos pero, como era de prever, hicimos todo lo contrario, para desesperación de Pablo que, expulsado por cinco personales gritaba desde el banquillo. Es verdad que cuando hicimos la última falta el tiempo se había acabado, Luisao estaba vigilando el cronómetro, pero también es verdad que la mesa no se lo dijo al árbitro. Es verdad que el arbitro pita mal y es un pesado al que no se le puede decir nada (era nuestro amigo el cojo, Felipe y Gorka saben muy bien de quien hablo) y que los abejos, aunque majos fuera de la cancha, saben tocar las narices para poner nervioso al contrario mientras juegan, pero el partido lo perdimos nosotros haciendo el idiota en los dos últimos minutos, porque, efectivamente, aunque fallaron el primer tiro libre, metieron el segundo y perdimos por un punto.

El domingo, magnífico día para quedarse en casa y ver caer la nieve desde el sofá, tapado con una manta, nos tocaba jugar en el polideportivo de Moratalaz, cancha inédita para los evaristos. Allí nos juntamos seis, uno de los cuales llegó tarde y otro tuvo que retirarse antes de tiempo, cuando se le produjo una contractura en el muslo en un rectificado en el aire, pirueta y doble tirabuzón al entrar a canasta en un contraataque (bueno, tal vez no fuera tan exagerado pero hay que darle emoción y dramatismo a la cosa). La cuestión es que finalmente estuvimos sin cambios prácticamente todo el partido y, sin embargo, aguantamos muy bien, incluido Javi, que reapareció tras las navidades y la operación de tobillo de su respectiva (un besazo desde aquí). Eso sí, reapareció Javi y se dio de baja Pablo, que el sábado se hizo daño en un dedo, en lo que posteriormente se vio que era una rotura, con lo que por lo menos un mes de escayola (otro besazo para allá). Rara conjunción de embarazos y roturas de huesos la vuestra. Pero volvamos al partido, tras un buen principio en donde sacamos ventaja y un parcial de trece cero a su favor, mayormente a base de triples, acabamos el primer cuarto siete por debajo. Pero la cosa en realidad no daba mucho miedo y, en cuanto empezamos a defender bien y a atacar con sentido, nos pusimos por delante. Ellos seguían metiendo alguna que otra canasta desde lejos, pero nada más. Así, que, sin hacer cosas raras, con tranquilidad, conseguimos mantener la ventaja, aunque se pusieron a tres un par de veces, y hacer lo que no hicimos el día anterior, ganar sin agobios al final.
Lo dicho, cincuenta por ciento de derrotas y victorias (aunque debieron de haber sido cien por cien de victorias), y cincuenta por ciento de evaristos: Carlos con las rodillas inutilizadas, Nacho perdido en el Monte, Pep, imagino que, combinación de las dos anteriores, recuperándose de la rodilla y perdido por ahí, Charly que dice que está fuera de forma, Gorka cuidado a su prole, Pablo con la mano escayolada, y Andrés haciéndose el remolón y no recogiendo su ficha. Así, que, aunque esperamos que la contractura de Leo no sea nada, andamos en cuadro.

Besos a todos

PS. Público. Esa familia de Fernando, Pau los dos días, el sábado comiéndose un bocadillo de sanwich y el domingo acompañado de su madre. A ver si se aplican el cuento el resto de novias ausentes esas que tenemos por ahí.

PS. Leo que se vean esas fotos en el blog que está lleno de letras el pobre.

4 comentarios:

fer06 dijo...

¡Que crónica tan bonica¡
A pesar de todos vamos quintos y si nos lo montamos bien podemos terminar....¡quien sabe donde!
Y para Andrés: Tío recoge tu ficha. ¡¡¡¡¡¡Evaristos te necesita!!!!!

Un saludo y aúpa evaristos

flaco dijo...

muy bien, muy bien, un 50% y a un puntito del 100%. Lástima por los lesionados, ¡cago en diez!, ¡cuanta peligrosidad en los juegos deportivos municipales!

leo dijo...

Ahora subo las fotos.
prometo resultados espectaculares.

Chus dijo...

Es verdad¡¡
Curiosa relación de estar preñado y lesionarse uno de la pareja...
Lo mismo es lo que le pasa a todos los supuestos evaristos lesionados... estan en estado de buena esperanza y esperan que se lesione la piba.. fijaros en Javi hasta que no se lesionó Pepa no volvio a jugar.
Recomendación (quizás sea duro) pero hacer lo del negro, iros al Corte Ingles de comprar y empujar a la querida.. mientras ella este lesionada, el evaristo de turno esta protegido.
Un beso para Pablo y para Pepa.
A los demás tambien.
Nos vemos el sabado¡¡