miércoles, 28 de enero de 2009

… y otras se pierde.

Efectivamente, compañeros, tras una derrota apoteósica y una victoria aplastante, llega una derrota sin más, sin drama ni épica, con la que ni siquiera podemos sacar brillo al malditismo evarístico. Un partido que hubiéramos ganado jugando medianamente bien y que perdimos jugando simplemente mal, ni siquiera de pena. Un partido gris, como esta crónica.
Polideportivo de la Concepción: exterior, tarde. Rueda de calentamiento en la que ensayamos el tiro con viento huracanado y cegados por el sol del atardecer. Está claro que no era el mejor día para poner en práctica eso que decimos siempre de que hay que tirar más. Empezamos el partido con la caraja habitual, que se convierte en un parcial de 9-0 en contra. Mediado el cuarto parece que vamos despertando y metemos alguna canastita. En el segundo cuarto nos centramos, defendemos bien y llegamos a ponernos a un solo punto por debajo. La cosa está clara, si hacemos las cosas como se deben hacer no hay problema: intensidad, defensa y el partido se puede ganar. Acaba la primera parte, empieza la segunda y vuelta a la caraja, nos pillan en varios contraataques y otro parcial en contra de 9-0. Descontrol arriba y abajo y partido perdido en el tercer cuarto ¿Os suena? Al final 12 puntos abajo y mal sabor de boca que enjuagamos a base de cervezas y profundas disquisiciones sobre el sexo, el amor y la pareja que os perdisteis los que os fuisteis pronto a casa. Si alguna novia ve esto último (aunque no creo que ninguna se aburra tanto como para entrar en el blog), mejor que haga como que no lo ha leído y no pregunte. Os queremos mucho a todas, cada uno a la suya, eso sí, faltaría más, somos gente decente.
Bueno, volviendo a lo nuestro, no preocuparse que hay más partidos, de hecho este fin de semana son dos, así que más nos vale que consigamos juntarnos unos cuantos.
Por cierto ¿hemos podido hablar con el pesado del promotor? ¿Sabemos ya cuándo y dónde jugamos?

P.S. Público: Gus, esperando a ver si un día le toca un partido bueno.
Árbitro: Nuestro amigo-enemigo, como dice Felipe, empeñado en demostrar que, aunque nos quiera mucho, él es imparcial y no nos favorece. Lo peor no es que pite mal y raro, lo peor es que te lo explica.

Aupa Evaristos
Besos a todos

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