martes, 11 de enero de 2011

A VECES LAS COSAS NO SON LO QUE PARECEN Y ELOGIO DEL PEQUEÑO EMPRESARIADO LOCAL

Sábado, 16:15 horas. Un día de perros que invita a cualquier cosa antes que enfundarse el pantalón corto y poner a prueba el ya maltrecho pulmón sudando cual gorrinos. Cinco evaristos mal contados con aspecto desganado. El personal con las manos en los bolsillos y cara de con lo a gusto que estaba yo en mi keli. Una trayectoria en el torneo que no invita precisamente al entusiasmo. Un largo parón navideño comiendo y bebiendo sin moderación alguna. Ni siquiera un triste balón con el que representar algo vagamente parecido a un calentamiento. A priori podrían parecer circunstancias idóneas para sufrir la enésima derrota de la temporada. “Si hubiéramos tenido un par de cambios…”. En fin, los clásicos comentarios etílico-tácticos de siempre. Pero los Evaristos son diferentes y las cosas no siempre son lo que parecen.

Así que comenzamos el partido al tran-tran. Lejos del ritmo frenético y la velocidad endiablada que normalmente nos caracterizan. Trote cochinero y sin alardes que somos cinco. Amenazas veladas de muerte si alguien comete la temeridad de correr el contraataque. Ellos defienden en individual, allá cada uno con sus rarezas. Sorprendentemente nos va muy bien que nos defiendan en individual. Optamos por la vieja táctica desarrollada en los 80 por la universidad de Cincinatti: todos abiertos y el que pueda que se la chupe. La cosa funciona. Nuestros adversarios están desarbolados ante semejante despliegue táctico. Tanto es así que en un alarde nos olvidamos de pedir el tiempo muerto de rigor para coger aire. Las imprudencias se pagan, así que en el segundo cuarto vuelven a la zona guarripei de toda la vida y recortan considerablemente la diferencia. Nuestro anotación en ese parcial unos paupérrimos 3 puntos. Sin comentarios. Pese a todo no nos ponemos nerviosos, no comenzamos a protestar como posesos ni a hacer ataques demenciales. Siendo cinco bastante tenemos con ir sobreviviendo. La prioridad absoluta es que no haya que lamentar la ausencia de desfibrilador en el polideportivo municipal de Palos de la Frontera. Este estado semi zen nos beneficia y poco a poco vamos aumentando la ventaja. Hay tiempo incluso para jugadas memorables que sin duda aparecerán en los videos resumen de “Lo mejor de la temporada”. Como ese evaristo que sin querer coge un rebote en ataque y mirando al tendido, completamente de espaldas a la canasta, lanza el balón con mucha parábola y cierto recochineo y, ante el estupor de todos, observa como éste cae limpiamente dentro del aro. Al final 40-26 a favor de los irreductibles evaristos que terminan con cuatro jugadores en cancha como mandan los cánones. Todos tan contentos.

Momento Tapaloca. Tranquilos no vamos a retomar el tema de las conflictivas camisetas. Tras la victoria los evaristos se dirigen a su bar de cabecera a disfrutar de las merecidas cervezas. El bareto tiene la reja echada, signo que el Txutxi interpreta como señal inconfundible de que está abierto. La aporreamos y, en efecto, el compañero Jesús nos invita amablemente a pasar. Imprudentemente dejamos la reja abierta para que pueda entrar algún Evaristo rezagado. El entrañable tabernero protesta enérgicamente: “Cierra coño, que así podemos fumar a gusto”. Y así transcurre la tarde, cinco evaristos, Jesús el tabernero y un paisano que nadie sabe muy bien quien era encerrados en el Tapaloca fumando y bebiendo a gusto. Y si algún cliente potencial quiere entrar que se joda y que se busque otro garito. Será por bares. Desde aquí mi más sentido homenaje a los pequeños empresarios visionarios. Besos para todos.

P.D: Coño, que crónica más larga. Está claro que el mejor momento para escribir las crónicas es en horas de curro.

3 comentarios:

juan dijo...

enhorabuena evaristos!!!, buen partido y buena crónica, esta vez me hizo llorar, de rrisa si pero tmbn de emoción, grande!!! el¨ tapa loca¨

Chus dijo...

Al final son los pequeños detalles lo que nos diferencia de los demás y sí a los Evaristos nos caracterizan, entre otras, estas grandes crónicas y esa ausencia de miedo a la derrota, a nuestro tabernero y a nuestro bar favorito le distingue esa falta de interes por el dinero cuando se trata de pasar una tarde agradable.

Recordad que sigue ofreciéndonos pasta para las camis y que nosotros preferimos tener un tema de conversación para el partido siguiente que unas camisetas buenas para toda la vida.

AUPA EVARISTOS¡¡ AUPA TAPALOCA¡¡

Alberto dijo...

Esos son mis Evaristos, sí señor, es que es imposible no quererlos.
Estupenda crónica, compañero.
Vaya mi homenaje para nuestro tabernero de lujo y besos a todos.